"Una biblioteca no es sólo un lugar de orden y de caos; es también el reino del azar. Los libros, aun después de tener asignado un estante y un número, conservan una movilidad propia. Abandonados a sus propios recursos, se reúnen formando agrupaciones inesperadas obedeciendo a reglas secretas de similitud, genealogías nunca registradas o intereses y temas comunes. En rincones desatendidos o en montones apilados junto a la cabecera de nuestra cama, en cajas de cartón o en estantes uniformes, a la espera de ser clasificadas y catalogadas en un día futuro muchas veces aplazado, las historias que los libros encierran se agrupan en torno a lo que Henry James llamó un "propósito general", que a veces escapa a la comprensión de los lectores: "El hilo en que estaban enfiladas las perlas, el tesoro enterrado, la figura en el tapiz"
Bellísimo trozo literario, no? Para leer más:
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A modo de anticipo, se publica un fragmento de La biblioteca de noche (Norma), de Alberto Manguel, donde el autor reflexiona sobre las extrañas peripecias de los volúmenes que colman estantes y repisas sujetos al orden o al caos
